Las personas con discapacidad se ven con frecuencia excluidas de la sociedad. La discriminación adopta diversas formas, desde las más claras, como la negación de oportunidades educativas, hasta otras más sutiles, como la segregación y el aislamiento que provocan las barreras físicas y sociales.
La persona con discapacidad es aquella que tiene una o más deficiencias evidenciadas con la pérdida significativa de alguna o algunas de sus funciones físicas, mentales o sensoriales, que impliquen la disminución o ausencia de la capacidad de realizar una actividad dentro de formas o márgenes considerados normales limitándola en el desempeño de un rol, función o ejercicio de actividades y oportunidades para participar equitativamente dentro de la sociedad.
En la actualidad, los centros de trabajo juegan un papel muy activo en las sociedades; no sólo son generadores de empleo y riqueza, sino que participan en el desarrollo de las comunidades donde están insertos. El texto se centra en el respeto por la ética, las personas, las comunidades y el medio ambiente, como una estrategia integral que aumenta el valor agregado y mejora la posición competitiva de los centros de trabajo, lo que se denomina responsabilidad social.